La Universidad de Stanford llevó a cabo un estudio integral en 2020 sobre el impacto de los entornos virtuales 3D en la experiencia del usuario, particularmente en áreas como bienes raíces, comercio minorista y arquitectura.

El estudio se centra en cómo los usuarios interactúan con los entornos virtuales, los beneficios de la inmersión y los efectos sobre la toma de decisiones y el compromiso emocional.

El sector inmobiliario, siendo una de las áreas clave para la aplicación de estas tecnologías, fue una de las principales áreas de investigación en este estudio.

La inmersión como factor clave en el compromiso.

El estudio revela que la inmersión es el factor determinante en la efectividad de los entornos virtuales 3D. Cuanto más inmersiva y realista es la experiencia, más se compromete el usuario. El 78% de los participantes afirmó que se sintieron más conectados con un espacio al explorarlo a través de un entorno 3D inmersivo en comparación con formatos tradicionales en 2D, como fotos o videos. Esta inmersión permite a los usuarios imaginarse en el espacio, lo cual juega un papel crucial en el proceso de toma de decisiones, especialmente al comprar bienes raíces.

Interacción con el espacio
y comprensión de las dimensiones.

Una de las principales ventajas de los entornos 3D es la mejora en la comprensión de las dimensiones y la distribución del espacio. A diferencia de las fotos estáticas, los entornos virtuales permiten una exploración dinámica. El 72% de los usuarios informó una mejor comprensión de la escala, las proporciones y la disposición de las habitaciones durante los recorridos virtuales en 3D. Esta capacidad de moverse libremente e interactuar con los elementos de un espacio reduce las incertidumbres comunes asociadas con las visitas tradicionales a propiedades.

Efecto de la realidad virtual en la memoria espacial.

El estudio de Stanford también destaca el impacto de la realidad virtual en la memoria espacial de los usuarios. Cuando los participantes interactuaron con entornos virtuales, su capacidad para recordar detalles espaciales (como la disposición de los muebles o la distribución de las habitaciones) fue un 40% mayor que la de los usuarios que visitaron los espacios a través de fotos o videos. Esto refuerza la idea de que la realidad virtual y los entornos 3D no solo son herramientas de visualización, sino también medios para anclar la información de manera más duradera.

Realidad aumentada para personalizar la experiencia.

Además de la realidad virtual, el estudio de Stanford explora el uso de la realidad aumentada (RA) en entornos 3D. La RA permite a los usuarios ajustar o personalizar ciertos aspectos de un entorno (como los colores de las paredes o la disposición de los muebles). El 54% de los participantes afirmó que la capacidad de personalizar virtualmente un espacio aumentó su sensación de control y satisfacción general con la experiencia. Esta interacción activa fomenta que los usuarios se imaginen más en la propiedad.

Efectos cognitivos y reducción de incertidumbres.

El estudio revela que los entornos 3D reducen las incertidumbres cognitivas asociadas con la compra de bienes raíces. Al permitir a los usuarios explorar a fondo los espacios, estos entornos disminuyen las dudas e incertidumbres sobre dimensiones, iluminación y organización de las habitaciones. El 68% de los usuarios informó sentirse más seguro en su evaluación de una propiedad después de un recorrido en 3D. Esta mayor confianza suele conducir a decisiones de compra más rápidas.

Optimización de la toma de decisiones mediante la inmersión en 3D.

Los entornos virtuales en 3D optimizan el proceso de toma de decisiones al permitir a los usuarios comparar múltiples opciones de manera rápida y eficiente. El estudio muestra que los usuarios pudieron visitar virtualmente varias propiedades en un período de tiempo reducido, obteniendo una percepción precisa de cada espacio. El 62% de los participantes informó que la posibilidad de recorrer múltiples propiedades en un corto plazo mediante VR mejoró su capacidad para comparar opciones, haciendo que el proceso de compra fuera más fluido y con mayor conocimiento.

Conclusión

El estudio de la Universidad de Stanford (2020) destaca el papel central de los entornos virtuales 3D en la mejora de la experiencia del usuario. Estas tecnologías ofrecen una inmersión sin precedentes, una mejor comprensión de las dimensiones y los espacios, y fortalecen la memoria espacial de los usuarios. En el ámbito inmobiliario, estas herramientas inmersivas no solo ayudan a crear un fuerte vínculo emocional con las propiedades, sino que también reducen las incertidumbres relacionadas con la toma de decisiones. Al combinar interacción, personalización e inmersión, los entornos virtuales 3D demuestran ser herramientas poderosas para transformar la manera en que los posibles compradores exploran y evalúan bienes raíces.

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